viernes, 12 de abril de 2013

ADQUISICIÓN DEL LENGUAJE.



El estudio de la adquisición del lenguaje es abordado por estudios pertenecientes a disciplinas de carácter lingüístico, así como aportaciones de Chomsky y sus ideas de facultades innatas y estudios de Piaget de necesidades cognitivas.

De este modo, progresivamente, los lingüistas han empezado a observar las particularidades del lenguaje infantil  en cuanto al comportamiento lingüístico, con objeto de aplicarlo al estudio de la lengua en general, tres años, un niño sea capaz de manejar un sistema de comunicación complejo como es el humano. Este interrogante me resulta especialmente interesante y, dado que tengo ahora la oportunidad de presentar datos obtenidos de un corpus personal, trato de aportar un grano de arena a todos estos estudios. Seguiremos el siguiente esquema:
1. El lenguaje y sus funciones.
2. Aspectos del desarrollo integral del niño que influyen en el proceso de adquisición del lenguaje.
3. Las etapas y sus características.


EL LENGUAJE Y SUS FUNCIONES.

Cuando se habla de lenguaje se hacer referencia a la capacidad del ser humano para expresar su pensamiento y comunicarse. La comunicación se da en muchas especies animales, a través de distintas formas o sistemas. Pero son sistemas muy limitados que les permiten comunicarse de una forma muy básica.
 
 
 
En el hombre, sin embargo, encontramos la capacidad de poder comunicarse a través de distintos sistemas (gestual, escrito) y especialmente, a través de signos vocales.
El lenguaje humano puede tener distintas funciones, entre las que destacamos la comunicación, entendida como el intercambio de informaciones. Otra función importante es la representativa, que diferencia el lenguaje humano del de los animales. Estas dos funciones son fundamentales para comprender la evolución del proceso de adquisición del lenguaje en el niño. La utilización de la función representativa en sí misma, pero es necesaria para que éste llegue a producirse.
Alarcos así como otros observadores consideran que el primer signo como el síntoma del deseo de algo y no la representación de algo.
 
ASPECTOS DEL DESARROLLO INTEGRAL DEL NIÑO QUE INFLUYEN EN EL PROCESO DE ADQUISICIÓN DEL LENGUAJE.
Aspectos señalados por Félix Castañeda:
a) Proceso de maduración del sistema nervioso, correlacionándose sus cambios progresivos con el desarrollo motor en general y con el aparato fonador en particular.
b) Desarrollo cognoscitivo que comprende desde discriminación perceptual del lenguaje hablado hasta la función de los procesos de simbolización y pensamiento.
c) Desarrollo socio-emocional, que es el resultado de la influencia del medio sociocultural, de las interacciones del niño y las influencias recíprocas.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
LAS ETAPAS Y SUS CARACTERÍSTICAS.
Existen algunas diferencias en cuanto a la división de las etapas en la adquisición del lenguaje. En algunos estudios, se ha tenido en cuenta un punto de vista cronológico, mientras que en otros no se encuentra mención alguna a la edad en la que comienzan algunas etapas, ya que la división atiende a criterios puramente lingüísticos. Estas diferencias están relacionadas con el análisis de diferentes aspectos relacionados con el proceso. Mientras que Jakobson, se centra en el orden de adquisición del sistema fonemático, Fernando Millán Chivite  trata el tema fundamentalmente desde un punto de vista comunicativo, delimitando las etapas con criterios lingüísticos, tales como la aparición del signo. La división de las etapas, desde un punto de vista cronológico, debe realizarse con cierta flexibilidad. Hay que tener en cuenta lo que la mayoría de los niños hacen en un tiempo estimado y establecer un patrón estándar; sin olvidar que cuando lo apliquemos a un niño podemos encontrar variaciones.
Estas se deben al estado y función del aparato anatómico y sistema nervioso, del aparato psicológico, de las condiciones de educación y de las características del lenguaje de las personas que rodean al niño.
Alarcos señala un aspecto también importante en este tipo de estudio, la dicotomía de los estudios diacrónicos/sincrónicos:
El estudio de la lengua infantil es uno de los campos donde más visible resulta la maraña fundamental de los aspectos diacrónico y sincrónico del lenguaje. A primera vista, parece que deberíamos encararlo según los métodos de la evolución propios de la diacronía. Pero si el observador se limita simplemente a efectuar la exposición cronológica de los fenómenos que se producen durante los años de aprendizaje de un idioma, no podremos comprender las líneas generales, el sentido, ni el sistema del proceso. Sin dejar de tener en cuenta la sucesión en el tiempo, es necesario señalar las relaciones que existen entre los hechos simultáneos, es decir, el funcionamiento sincrónico de los elementos constitutivos de la lengua infantil.


ETAPA PRELINGÜÍSTICA.
Etapa preligüística (0-10 meses): *Prebalbuceo 0-2 meses: Vocalizaciones reflejas y gorjeo.
                                                      *Balbuceo 3-6 meses: Juego vocal.
                                                                       6-9/10 meses: Imitación de sonidos.
Inicio de la etapa lingüística (10-14 meses): Etapa holofrástica.
Es denominada también "presemiótica", "preverbal", o "etapa oral no lingüística". Durante las cuales se pueden encontrar funciones habituales ejercidas por el lenguaje, como son la exteriorización y la comunicación.
El eje de estudio de esta etapa se centra en dos aspectos principales, relacionados con el desarrollo integral del niño y con las funciones básicas de las emisiones fónicas de este período.
En la primera etapa de su evolución lingüística, el bebé debe desarrollar las posibilidades funcionales de los órganos con los que producirán manifestaciones lingüísticas; tiene que aprender a gobernar los aparatos de fonación y audición. Por otro lado, poco a poco, el bebé se da cuenta que sus manifestaciones tienen una repercusión en el medio que le rodea. Según Alarcos la actividad fónica se desdobla, siendo una actividad creadora desinteresada, con carácter de juego, o bien un instrumento comunicativo de "llamado".
El principio de comunicación en estos primeros meses sea muy básica y gestual, especialmente de tipo afectivo hacia las personas que le rodean. Este es el comienzo del desarrollo socio-emocional, Es a partir de que el niño observa una reacción exterior ante sus manifestaciones fónicas, cuando comienza a ejercitarlas gradualmente de una forma intencionada. Con relación a la respuesta al entorno fónico.
Millán Chivite establece tres funciones básicas para este período:
1)  Ejercitación articulatoria y auditiva: primero, sólo exploratoria de diversos sonidos; luego, también voluntaria o intencional respecto al sonido que se quiere emitir o captar.
2) Identificaciones y diferenciaciones fónicas, en la misma línea que las anteriores, una identificación fónica es cuando el niño quiere producir y produce el mismo sonido (articulatoria), o capta el mismo sonido (auditiva); diferenciación es cuando de igual modo, quiere producir y produce un sonido diferente del anteriormente emitido (articulatoria), o captar un sonido diferente (auditiva).
3)  Respuesta al entorno fónico, que incluye una amplia gama de estímulos:
* Ruidos de la naturaleza-, viento, lluvia, olas...
* Ruidos de los animales: ladrido de un perro, maullido del gato.
* Ruidos de objetos o artilugios creados por el hombre.
* Las lenguas naturales habladas.
Esta etapa comprende sub etapas con características propias.
 
Prebalbuceo.
Vocalizaciones reflejas y Gorjeo (0-2 meses)
Durante el primer mes de vida, lo único que emite el niño son vocalizaciones reflejas o exteriorizaciones sonoras, como el llanto. Puede establecerse aquí el comienzo del proceso comunicativo ya que el niño se comunica a través del llanto, que según la tonalidad denota distintos contenidos de dolor, hambre o reflejo de cualquier estado de bienestar o malestar. Con él, logra comunicar sus necesidades y si le son satisfechas, lo usará de forma intencional.
Hacia el segundo mes, observamos las primeras articulaciones espontáneas o gorjeos, cuya emisión característica es "ajo". Con respecto a la respuesta al entorno, notamos que el niño empieza a reconocer personas y voces con claridad, y responde con sonrisas, llama la atención de los que le rodean con sonidos e imita gestos.
 
Balbuceo.
Juego Vocal (3-6 meses).
A partir del tercer mes el niño emite un balbuceo claro y constante, con sonidos guturales y vocálicos. La niña pasa de emitir sonidos aislados, como ejercitación articulatoria únicamente con carácter exploratorio, a emisiones voluntarias o intencionales respecto al sonido que quiere emitir, de la misma forma, empieza a realizar identificaciones y diferenciaciones, tanto articulatorias como auditivas para producir el mismo sonido o uno diferente, este sentido observamos que afianza los sonidos guturales y repite de manera constante /ga/, /ge/.
Dentro de estas manifestaciones fónicas se incluyen características los gritos que emite para escucharse, que progresivamente se convierten en gritos de protesta o de alegría, cuando algo le agrada o desagrada. Son, por tanto, una llamada expresiva relacionada con su estado de ánimo o con alguna necesidad. También emite gritos o un sonido similar a un ronroneo cuando está entretenida o jugando.
Según Alarcos este comportamiento denota que está desarrollando las facultades receptoras, ya que responde con gestos y movimientos a las emisiones fónicas que escucha y reacciona a los elementos de la lengua menos articulados, así se destacan los siguientes vehículos prelingüísticos del niño en esta etapa.
- Los contactos oculares o actividades visuales en las que sigue con la mirada al adulto, provocando una respuesta.
- Los gestos o actividades mímicas y de expresión facial, entre las que destaca la sonrisa.
- Las expresiones corporales o actividades motoras, como el movimiento de los brazos o piernas para llamar la atención de los que le rodean.
- Vocalizaciones, gorjeos, sonidos guturales y fonaciones.
Piaget considera que en este período el niño va tomando conciencia de que las fonaciones, gorjeos, manoteos y ruidos guturales diversos que produce tienen un efecto en su entorno próximo y de esta forma aprende a comunicarse, estableciendo relaciones entre lo que emite y el efecto que esto produce a su alrededor.
 
Balbuceo reduplicativo.
Imitación de sonidos (6-10 meses).
Después de los gorjeos, empiezan a sucederse una gran cantidad de sonidos, principalmente vocálicos al principio: /a/, /e/, /i/, /o/, /oi/, /ui/, /ua/; junto con exclamaciones ¡oh!, sonidos o sílabas aisladas: iau, uau, miau, piau, pió, pia, ya.; y aparecen también las "lalaciones" (Félix Castañeda), "secuencias iterativas" (Millán Chivite) o "grupos repetitivos" (Alarcos). Consisten en la emisión de sonidos mediante redoblamiento de sílabas: bobobo, mamama.
La forma en la que transmiten estos valores con estas secuencias es a través de la entonación, la longitud y la intensidad de las mismas.
Alrededor de los siete u ocho meses las posibilidades comunicativas del niño comienzan a ampliarse. Puede alcanzar objetos, los observa con detenimiento y los puede intercambiar con los adultos. Surgirá progresivamente la necesidad de nombrar estos objetos. Bruner señala que entre los siete y los diez meses el niño pasa progresivamente de la modalidad de demanda a la modalidad de intercambio y reciprocidad de las interacciones madre-hijo.
De esta forma, situamos el comienzo de los propósitos o intenciones comunicativas a través de un sistema con carácter oral en el proceso de adquisición del lenguaje: la denominada constitución del signo lingüístico. Signo ya se ha constituido en el plano de la comprensión. Parece que cuando hablamos de la constitución del signo lingüístico se entiende que nos situamos en un plano oral, en cuanto a las emisiones fónicas que se perciben.
En este sentido, alrededor del octavo mes, encontramos que el niño  reconoce muchos significantes. Ante las imágenes de la pelota, el pájaro, el delfín, el osito o el caracol, y la pregunta ¿qué es esto? o ¿dónde está?,
El niño señala con claridad cada una de ellas. Por lo tanto, comprende los significantes y los identifica con una imagen concreta.
Hacia el final de los nueve meses, encontramos tanto manifestaciones no lingüísticas, como el principio de otras que pueden denominarse lingüísticas. Distinguiremos dos tipos:
a)  Secuencias iterativas. Durante este período encontramos que algunas son simples ejemplos de exploración articulatoria, mientras que otras parecen ser el preludio del establecimiento de una relación significativa.
b)  Señales fónicas basadas en la perfección imitativa, en las que incluimos las onomatopeyas.
En los estímulos que puede recibir el niño se encuentran los ruidos de la naturaleza y de los animales. Estos provocan ejemplos de emisiones fónicas basadas en la perfección imitativa, se trata de las onomatopeyas del sonido emitido por el burro, del canto del pájaro /pió/, del sonido que emiten los patos /kua/, y el ladrido del perro /uau/. Con respecto a la producción de los sonidos, la imitación fónica es bastante precisa.
Este aspecto es importante a la hora de analizar las posibles conexiones con realidades conexas, que pensamos deben variar dependiendo de la cantidad de información que el niño perciba del exterior, y la exactitud de dicha información. Estamos de acuerdo en que este tipo de emisiones fónicas no podrían constituir un sistema apto para la comunicación humana, al menos de una forma tan precaria y con tantas limitaciones, por eso situábamos este tipo de emisiones en el límite entre una etapa y otra.
 
Etapa lingüística.
Con carácter oral (10-12 meses) y evolución del signo hacia la palabra (13-14 meses).
Con carácter general, y aplicado para estas dos fases, consideramos que este período se caracteriza fundamentalmente, por la utilización del lenguaje con intenciones comunicativas, la adquisición de sus elementos y la forma de combinarlos para que tengan un significado y una función, desde un punto de vista fonético-fonológico, es decir, con respecto a los elementos que aparecen, sus combinatorias y rasgos pertinentes. Posteriormente veremos las relaciones de estos significantes con significados concretos y sus funciones comunicativas.
Constitución del signo lingüístico con carácter oral (10-12 meses).
Según él, es probable que el niño se centre en reconocer los rasgos distintivos de los sonidos y reduzca su repertorio fónico. Según Millán Chivite  todo esto se debe a que aparece ahora un nuevo centro de interés para el niño: el significado. Él denomina esta etapa "estadio germinal". Para él en algún momento de la vida del niño, aflora una nueva dimensión adscrita a las secuencias fónicas: el contenido. El niño descubre la función significativa, la emisión fónica se convierte en significante y se asocia a un contenido o significado como la constitución del signo o uso continuado de una emisión fónica conectada a una noción precisa dado que implica la persistencia de la relación significante y la estabilidad del significante y el significado.
Las características principales de este período son:
* El carácter global de las manifestaciones lingüísticas o la elementalidad más rigurosa.
*No existen ni la primera ni la segunda articulación.
*El mensaje es un signo indivisible en signos más pequeños (no hay monemas ni fonemas).
*El carácter o positivo de los sonidos.
Existe simplicidad fónica, ya que solo encontramos secuencias monosilábicas y bisilábicas, formadas por un escaso número de elementos: "ma", "io", "ka", "mi", "ame". Por otro lado, existe oposición de rasgos entre significantes, ya quegeneran diferencias en el significado: ejemplo "ma", significa "toma" frente a "mi" que significa "micky".
La pertinencia de los significantes es de momento asumida por las vocales. Esta fase o período es también denominada "etapa holofrástica" (palabra-frase). Estos primeros significantes tienen ya significados concretos, así como funciones diferenciadas, ambos condicionados por el contexto situacional. El significado y la función del significante son  determinados por el tono que la niña emplea y los gestos con los que lo acompaña, normalmente señalando el objeto al que se refiere.
Evolución del signo hacia la palabra (13-14 meses).

Se mantienen las características básicas mencionadas en la etapa anterior, la simplicidad fónica y el carácter o positivo, aunque aplicadas a un mayor número de emisiones.
A partir del primer año encontramos que este sistema se va consolidando con la ampliación de significantes. Estos van aumentando en el número de sílabas, así como en sus combinatorias. Además, se van acercando progresivamente a los elementos lexicales del sistema adulto.
Funciones o intenciones comunicativas:
*Designación de un objeto o persona, cuando la niña únicamente lo nombra.
*Demanda, cuando nombra un objeto o alimento para pedirlo.
*Imitación, cuando la niña emplea la expresión en una citación concreta como imitación a alguna conducta observada en adultos.
*Imitación/Juego, alguna palabra extraída de una canción o juego que la niña emplea, en ocasiones para este contexto cuando quiere jugar.
La necesidad de comunicarse en el hombre surge desde el primer mes de vida. Es esta necesidad, junto con los estímulos que recibe, lo que le permiten desarrollar sus capacidades para la adquisición del lenguaje. En los primeros meses de vida, hablamos fundamentalmente de un entrenamiento, o ejercitación articulatoria y auditiva, que le va a permitir producir las secuencias fónicas que necesita para llevar a cabo su adquisición, este proceso de ejercitación articulatoria y auditiva, se mantendrá e irá perfeccionando durante bastante tiempo y será el que le permita madurando.


CONCLUSIONES:
Acerca de la lectura y desde mi punto de vista,  pude reconocer  como el ser humano va articulando su propio lenguaje a través de las etapas por las cuales se va atravesando en su desarrollo que al igual nos permite ir descubriendo y  manifestando desde sonidos, imitaciones hasta lograr un lenguaje ya estructurado, así como lo mencionan los autores ya mencionados en la lectura, cada etapa es muy significativa ya que se van teniendo progresos significativos en la restructuración del lenguaje.  

 


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